Este será el espacio donde colgaremos las investigaciones que haremos sobre el entorno de nuestro instituto.
lunes, 20 de diciembre de 2010
Colegio San Felipe.
El colegio San Felipe Neri-Marianistas de Cádiz, es un colegio privado, de
carácter católico, en el que se imparten los niveles educativos de Infantil, Primaria,
Educación Secundaria y Bachillerato. Con la reforma educativa tiene la intención de
ofertar los niveles educativos correspondientes a los alumn@s de 3 a 18 años.
El colegio San Felipe Neri fue erigido por don Alberto Lista en 1838 en el edificio
(convento), que perleneci6 a la comunidad religiosa del Oratorio de San Felipe Neri, y
fue cerrado en 1890.
Podemos dividir en cuatro las grandes etapas de la historia del colegio. Una
primera, es la que va desde 1892 a 1914. Se comienza en la calle Benjumeda N' 11, el 3
de noviembre de 1892, para pasar a la calle San José en marzo de 1894.
Fueron años difíciles. Incluso en 1901, por problemas económicos, se decidió cerrar este
centro. Es entonces cuando aparece un grupo de padres que, apoyando al colegio, decide
crear una Sociedad Anónima, "La Escolar" en 1902. El apoyo decidido de los padres será
uno de los elementos permanentes de la historia de los marianistas en Cádiz. Existe
Asociación de Padres desde 1941.
Una segunda etapa abarca los años 1915 a 1942. Hay un permanente aumento
en el número de alumnos hasta el punto de que el viejo edificio pegado al Oratorio se
queda muy pequeño. Por eso en 1942, y con un gran esfuerzo inversor por parte de los
marianistas, se abren las primeras aulas en Puertas de Tierra.
El tercer gran periodo transcurre desde 1942 a 1978. Existen dos sedes: una en
San José y otra, permanentemente creciendo, en Puertas de Tierra.
Durante muchos años existió un internado que permitía la presencia en el colegio.
lunes, 13 de diciembre de 2010
Iglesia de Nuestra Señora de la Palma
Esta iglesia arranca de los años finales del siglo XVII (1693) cuando se construye una capilla en honor de la Virgen, en unos terrenos de la viña Malavá, cedida por María Peñalva, pequeño templo que pronto se reemplaza por otro hasta llegar al año 1754 en que sufre un aparatoso incendio que lo destruye. En 1755, se hace la sacristía y es en ella donde se coloca la Imagen de la Virgen de La Palma para su culto y allí estaba cuando el suceso del maremoto del día 1 de noviembre de 1755. El actual templo se bendijo el día 3 de septiembre de 1768 por el entonces obispo de la diócesis fray Tomás del Valle.
El templo, de estilo barroco, la cúpula, con decoración interior de lunetos y exterior de tejas. La torre de planta cuadrada rematada en chapitel recubierto de cerámica vidriada. La fachada está dividida en dos cuerpos con pilastras y baquetones mixtilíneos. Tiene planta circular y una capilla lateral además del presbiterio donde está el retablo mayor en cuyo camarín central recibe culto en dorado templete la Virgen de La Palma. El retablo, de estilo neoclásico, una extraña obra de madera imitando mármoles de colores, fue una idea del sacerdote Antonio Abazzini, en 1.855 aprovechando restos del retablo anterior incendiado. A ambos lados del camarín de la Virgen de La Palma, vemos las esculturas de Santa Ana y San Joaquín, posiblemente del XVIII y en el manifestador, un delicioso Niño Jesús debido al napolitano Pietro Patalano firmado y fechado en 1.723. La única capilla lateral del templo, alberga a las imágenes titulares de la popular cofradía del Cristo de la Misericordia y María Santísima de Las Penas, cuya fundación arranca de 1.938 fusionándose con el rosario espiritual de la Virgen de La Palma en 1.968. Estas imágenes que corresponden a un crucificado y a una dolorosa, son del siglo XVIII.
El Cristo, que conserva la cabeza original de dicho siglo, está adaptada a un nuevo cuerpo que le hizo Francisco Buiza Fernández en 1.969.
La Virgen, es una espléndida imagen de candelero para vestir original de Fernando Ortiz que recibía culto en la desaparecida iglesia del convento de capuchinos. En esa misma capilla de la cofradía, se exponen en una vitrina, el estandarte con el que el capellán que lo portaba en la mañana del día 1 de noviembre de 1.755 conjuró las aguas, así como el crucifijo que igualmente portó. En el templo, se venera un San José correspondiente al último tercio del siglo XVIII relacionado con los escultores genoveses que operaron en la ciudad. Admiremos igualmente a la entrada de la capilla de la cofradía, una linda pila de agua bendita de alabastro de procedencia italiana con un bajorrelieve de la crucifixión que antes estuvo en el desaparecido convento capuchino. En mayo de 2.006 empezaron las obras restauración, quedando de nuevo abierta al culto a principios de septiembre del siguiente año.
La Casa Del Cuadro
LA CASA DEL CUADRO
El terror se apoderó de los gaditanos aquella mañana del 1 de noviembre de 1755 cuando observaron incrédulos como el mar, con gigantescas olas de hasta 30 metros de altura, parecía querer engullir a la milenaria ciudad. Las aguas avanzaban violentamente entre las calles y muchas personas postradas de rodillas pedían la intervención celestial para salvar sus vidas de aquel terrible apocalipsis que parecía un castigo bíblico.
Horas antes, un espantoso terremoto, uno de los mayores de la historia , estimado entre 8,5 y 8,7 grados en la escala de Richter, durante 6 interminables minutos, casi destruye por completo Lisboa, causando más de 50.000 muertos. El epicentro del seísmo se halla en pleno Atlántico, en el Cabo de San Vicente.
Las consecuencias de dicho terremoto no se hacen esperar y la tierra tiembla en Madrid, Bilbao, Galicia, sur de Francia, norte de Italia y Brasil. Sólo en nuestro país perdieron la vida 1200 personas. El mar se agitó con inusitada violencia. Un gigantesco tsunami atenazó a toda la costa atlántica andaluza inundando ciudades y campos.
En Cádiz se viven auténticas escenas de pavor y ante el clamor popular varias iglesias y parroquias del casco antiguo de Cádiz decidieron sacar sus imágenes religiosas para intentar apaciguar las aguas.
Según una leyenda popular, de una Iglesia de la Viña, el fraile capuchino Bernardo de Cádiz y el párroco Francisco Macías, junto a algunos vecinos sacan un estandarte de la Virgen de la Palma, junto a un pequeño crucifijo, con la esperanza que desde el cielo se obre el milagro. Y ante la mirada atónita de los presentes , el mar se detiene y retrocede como si se hallara ante un muro invisible, cuando se topa con la procesión y el grito del capuchino: “Hasta aquí, Madre mía”. El mar se repliega abandonando su impecable avance.
Una placa en la Calle de la Palma, exactamente en el mismo lugar del suceso, recuerda hoy cómo la Virgen obró el milagró y paró las aguas. A partir de entontes, cada 1 de noviembre sale en procesión la Virgen de la Palma desde la Iglesia viñera, la Virgen salvadora de Cádiz.