Es cerrada y de forma natural, con una extensión de 450 metros y una anchura en bajamar de 50 metros. En verano la ocupación de esta playa de Cádiz es alta.
Está flanqueada por dos castillo:
San Sebastián:
El castillo de San Sebastián está situado en uno de los extremos de la playa de la Caleta, frente a castillo de Santa Catalina, sobre una pequeña isla desde la que protegía el frente norte de la ciudad de Cádiz. Se encuentra unido a tierra con un malecón, lo que permite que no se encuentre aislado en la pleamar.
La isla donde se encuentra el castillo de San Sebastián ha sido objeto de continuos asentamientos desde la antigüedad. Según la tradición aquí estuvo el templo de Kronos, después una una torre-atalaya musulmana, y ya en el siglo XV lugar de una ermita advocada a San Sebastián.
En el año 1457 una nave veneciana se refugió en la isla a causa de una epidemia de peste, reconstruyeron la torre y levantaron una ermita a la advocación de San Sebastián. En este lugar se labraron incluso las armas de la ciudad de Venecia en reconocimiento a la hospitalidad gaditana.
Tras el saqueo inglés de finales del siglo XVI, el lugar se destinó al castillo, reconstruyéndose la torre en 1613 bajo la dirección de Juan de la Fuente Hurtado, dotándola de artillería y haciendo a su vez los servicios de faro para los navegantes. En el año 1706 se inician las obras del castillo en la parte de la isla que miraba hacia la ciudad. En el año 1739 el castillo con 17 cañones que controlaban la entrada a la Caleta y el canalizo sur hacia la bahía. En el año 1860 el castillo fue reforzado con baterías acasamatadas. Durante el siglo XIX se construyó un largo malecón por el que el castillo quedaba unnido a tierra, a la puerta de La Caleta, pero en un principio tenía que esperarse la bajamar para acceder al castillo.
Santa Catalina:
El castillo de Santa Catalina se encuentra en el lado norte de la playa de La Caleta, frente al castillo de San Sebastian, en la ciudad de Cádiz.
En el interior del castillo existe una capilla que fue construída en 1693 por mandato del rey Carlos II. Esta capilla fue dedicada a Santa Catalina de Alejandría y a la Purísima Concepción. Consta de espadaña, nave con bóveda de cañón y un pequeño coro. Contaba con algunas piezas artísticas de interés, tallas y objetos de culto que fueron trasladados al Gobierno Militar y a la Capilla Castrense. Entre ellos un retablo barroco obra de la escuela de Saavedra, que incluía las figuras de Santa Catalina, San Francisco de Asís, San Diego de Alcalá, San José y San Agustín.Natalia Collantes y Jessica Miranda
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