lunes, 15 de noviembre de 2010

Calle Sagasta


El Nombre de la Calle Sagasta se le da debido a Práxedes Mariano Mateo-Sagasta y Escolar (1825-1903) nacido en Torrecilla en Cameros y falleció en la Capital Española, Madrid. Fue ingeniero de caminos y político español. Miembro del Partido Liberal, llegó a ser Presidente del Gobierno en varios años,

Tal fue su importancia en el Estado Español que en la actualidad encontramos en su honor, varios Institutos de Educación Secundaria Obligatoria y Calles. Actualmente nos hemos centrado en el Estudio de la calle Sagasta de la Ciudad de Cádiz, a continuación les dejamos un fotografía antigua de la Calle Sagasta esquina con Ancha, posiblemente realizada a principio del Siglo XIX, donde también podemos ver la forma en la que se solían vestir la sociedad española en la época. Sociedad muy diferente a la actual de la que podríamos destacar:

El panorama social en 1900 había cambiado notablemente desde 1800. Aunque en el campo los cambios no fueron muy perceptibles, en las ciudades, sin embargo, la vida se transformó en gran medida, sobre todo a partir de la década de 1830. Los viejos conventos y palacios señoriales fueron sustituidos por las mansiones burguesas de los ensanches, y crecieron los barrios populares, por ejemplo la Casa del Almirante. Se hicieron sitio las estaciones del ferrocarril, los tranvías, los mercados cubiertos y los centros de administración.

Las antorchas fueron cambiadas por faroles de gas, y a finales de siglo por farolas eléctricas. La electricidad, fruto de la segunda Revolución Industrial (la del petróleo), se instaló también en las fábricas y en los trenes y tranvías. También se instaló, a mediados de siglo, la traída de aguas.

Los barrios se clasificaron según la renta, y sus viviendas eran un fiel reflejo de la distribución de la riqueza en la sociedad capitalista. Desde las zonas residenciales, hasta las barriadas obreras; pasando por los centros urbanos donde tenían su sede la Administración, los bancos, las compañías financieras o los bufetes. Esto cambió considerablemente el aspecto de las urbes, aunque los adelantos tardarían aún muchos años en llegar al campo.


Mª Carmen Delgado Maline, Francisco Manuel Bello Salado, Lidia Silva Delfín (GRUPO 1)

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